viernes, 27 de mayo de 2011

Carlos García, premio al valor

Se presentaba como candidato por Elorrio sin grandes expectativas, como paracaidista, sin conocer el pueblo, en un feudo del nacionalismo más radical, representando al Partido Popular. Y lo ha conseguido, vaya que sí, contra pronóstico, sin ayuda ni respaldo. Sólo él y varios amigos que decidieron echarle un cable. Y lo han conseguido. Un solo concejal, pero suficiente para tener mucho que decir. ¡Y de qué manera!. Los etarras de Bildu han ganado las elecciones, pero seguidos del PNV, que ha empatado en número de concejales. Ya nos lo ha dicho a algunos; el PNV tendrá que hacer cumplir algunas leyes si quiere gobernar, y habrá de izar la bandera nacional de España en el consistorio municipal. De lo contrario, Carlos García no moverá un dedo, un dedo que no sirva para enarbolar la enseña nacional o para abanderar el cumplimiento de la legalidad constitucional en ese pequeño pueblo del corazón de Vizcaya.


A mí no me ha sorprendido ni la audacia ni la determinación de Carlos García, aunque sí su éxito. Ha hecho una campaña pagada de su bolsillo, a la americana, ante la falta de medios del partido que representaba. Ha diseñado y auto-editado sus propios dípticos electorales, con sus lemas y propuestas municipales, con una pequeña bandera nacional a modo de sello inequívoco. No ha disimulado lo que es, lo que siente, lo que pretende, y lo que quiere para Elorrio. La autenticidad tiene premio, por eso ha sido elegido. Y la implicación personal también tiene premio. Con su dinero ha alquilado un coche de megafonía, en el que se ha subido para hacer publicidad electoral durante los días de campaña. Se ha pateado los bares y locales del pueblo, presentándose y conociendo a la los vecinos. El forastero, poco a poco, se les ha hecho familiar, simpático, admirable, y votable. Doscientos setenta y nueve votos para Carlos y para España en Elorrio.


La trayectoria de Carlos García Fernández, un chaval del bilbaíno barrio de Santuchu, la conozco muy bien, porque fue pareja a la mía. Cuando tuve la oportunidad de presidir la organización juvenil del PP en el País Vasco fue uno de mis principales y más incondicionales colaboradores. Ya entonces se tuvo que enfrentar a los vetos de algunos jefecillos del partido que no querían permitirle ser el números dos de la organización. Los mismos que le han vetado ahora en las listas de Bilbao, ciudad de la que era concejal desde hace 8 años. Con el tiempo, Carlos García también fue presidente de las Nuevas Generaciones del Partido Popular en el País Vasco. Hoy, aun joven, y ya sin la melena rizosa estilo Bisbal, sigue siendo un verso suelto, pero leal a sí mismo y a los principios que siempre ha defendido el PP vasco.


Hoy, Carlos García, uno de esos jóvenes que embarcó a toda su familia, –hermanos, madre, novia-, en la aventura política del PP vasco, sigue ahí, en un pequeño ayuntamiento, con una concejalía ganada a pulso, contra viento, marea y zancadillas. Sigue erguido, con la dignidad intacta después de ser apartado de la importante concejalía de Bilbao, ya haciendo subir a su partido votos en Elorrio mientras otros –los que le han purgado- los pierden.


Ahora Carlos García tiene una misión, un servicio que cumplir, no para él mismo, ni para su partido, sino para España. Porque tiene la oportunidad de conseguir el hito de izar la bandera nacional en el ayuntamiento vizcaíno y la posibilidad de evitar que la nueva máscara de la ETA se haga con el poder en ese pequeño y bucólico pueblo vasco que descansa a los pies del imponente puerto de Urquiola. Sin ninguna duda, el ejercicio de esa responsabilidad le procurará todo tipo de sinsabores, presiones y amenazas, como las que ya ha padecido de una manera especialmente virulenta; pintadas, seguimientos etarras, planes para ser asesinado. No tengo dudas de que Carlos García permanecerá firme. Ya lo ha demostrado en el pasado. Y en el presente es aun más fuerte. Quien es capaz de soportar los zarpazos, traiciones, y falta de agradecimiento de los propios, es capaz de resistir las peores pruebas a las que le querrán someter los enemigos de España.
Publicado en Alba el 27 de Mayo de 2011.

2 comentarios:

  1. Merece todo el apoyo y admiración. Hace que uno vuelva a creer en el pueblo vasco.

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  2. Una historia feliz ... por lo menos tenemos algo que celebrar ... ¡Mucha suerte Carlos!

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